Párrafo 8.7

8.7 «Las antiguas costumbres pedagógico-discriminatorias entre sexos están afortunadamente desapareciendo, pero a su vez ello genera una crisis de competencia. El número de locos encerrados en su propia cárcel de neuronas crece; el aislamiento se refleja en el anonimato a través de la tecnología, y la duda se tapa con la evasión insustancial; los viejos se amontonan en guetos confortablemente dudosos porque ellos ya han sido convencidos de que son inservibles».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

El concepto social desarrollado desde el siglo XVIII en Europa y que se mantiene hasta nuestros días, propone como una de sus máximas la idea de que todos los individuos somos iguales. Lo cual genera una comparación constante entre unos y otros y el ejercicio de la competitividad como base de nuestras relaciones. Pero, ¿por qué nos empeñamos en defender como verdad y como valor lo que es a todas luces falso? Evidentemente, igualando las bases desde la educación, apostamos por la expansión de la mediocridad dentro de una sociedad que se conforma y hasta ansía la comodidad de su pensamiento, por no decir la ausencia de pensamiento.

Hombres y mujeres, mujeres y hombres: algunos hablan de las dos razas que forman la humanidad, ya que se encuentran mayores diferencias biológicas entre un hombre y una mujer que entre personas del mismo sexo pero distinta procedencia étnica. Por lo tanto, ¿somos realmente iguales? ¿Qué consecuencias puede tener que la educación ofrecida a niños y niñas no tenga en cuenta las diferencias de sus procesos madurativos? ¿Por qué obviamos tales diferencias en algo tan esencial e importante para el desarrollo de los individuos de una sociedad como es la enseñanza?

Que todos debamos medirnos por el mismo rasero y alcanzar las mismas metas para obtener éxito social, no ya personal siquiera, sólo conduce a la competitividad y la comparación, y hace que compartimentemos a la humanidad en seres útiles e inútiles, servibles e inservibles, reciclables o contaminantes, económicamente productivos o no.

La búsqueda del conocimiento, del encuentro, de la vida como experiencia intransferible son conceptos cuyo significado apenas intuimos y renunciamos a su comprensión, y a nadie le interesa mirar a los ojos del viejo con respeto y admiración, ya que no es digno de una sociedad moderna y civilizada perder tiempo en lo que no aportará ningún beneficio práctico a la sociedad.

En lo tocante a la tecnología como medio de comunicación, es claro que ofrece multitud de ventajas en muchos aspectos, sobre todo a nivel informativo y de investigación. Pero no creo que Einstein se equivocara cuando dijo aquello de que “la tecnología acercará a los que están lejos y alejará a los que están cerca”. La dinámica de comunicación, muy instalada ya en nuestro funcionamiento cotidiano, del mensaje corto, sintético, instantáneo y casi permanente que nos obliga a vivir pegados al aparatejo de turno, convierte nuestras relaciones interpersonales en la mayoría de los casos, en superfluas e insustanciales, y nos hace olvidar que el referente sensitivo aún es fundamental entre los seres humanos. Muchos mensajes llegan y se trasmiten a través de lo energético, pero en raras ocasiones es a voluntad. De momento parece fundamental para que pueda darse la sorpresa de la biología y se abran caminos hacia la complejidad, no basar nuestras relaciones en el anonimato de la pantalla o el falso perfil creado en una escueta red social donde proliferan amistades negociables de dudoso fundamento.

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8 Comentarios

  1. Leocadia
    12 enero, 2015

    http://www.otraspoliticas.com/educacion/la-neuroeducacion-y-las-decisiones-educativas
    Me parece interesante y creo que añade al comentario anterior.

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  2. Ipso-Facto
    12 enero, 2015

    «Aventureros» varios la chingan un poco cuando se refieren a la obsesión por «la igualdad» que parte de los principios de la Revolución Francesa, en la práctica, y se remontan a mucho antes en los antecedentes e inquietudes, sobre todo de las féminas. Esa igualdad sólo era requerida por la modernidad en el plano de los derechos civiles, nadie dijo, pero muchos se lo creyeron, que la igualdad trascendía al plano de los sexos, o de los simples hechos de la actividad y necesidad humana.
    Que las múltiples diferencias orgánicas y de sensibilidad en la acción nos hacen disímiles se lo saben casi todos, lo que pasa es que la confusión se centra en los derechos civiles. Incluso ahí, en esos términos, convendría que los legisladores hicieran salvedades o diferencias. Pero peor aún es que los poderes políticos dominantes prefieren meter a todos juntos en un saco de derechos básicos para después ni siquiera respetar los mínimos, y mucho menos las diferencias. Creo que todos entendimos (o casi), si hubiéramos sido educados en conjunción con las chicas (yo sí), que ellas y nosotros éramos diferentes, que nuestros deseos, voluntades y ejercitaciones iban por un lado, y las de ellas por el otro. Y al final todos nos dábamos cuenta de tales diferencias en la simple praxis de los hechos. Quizás sea en España, donde se mantuvo por mucho tiempo la educación separada de sexos, y ahora se pretende instalarla de nuevo en el seno de algunos grupos sociales, donde la falta de praxis conjunta ha impedido ese reconocimiento.

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  3. Alicia Bermúdez Merino con DNI 00132839z
    13 enero, 2015

    Busco “pedagógico” en el diccionario de la RAE porque dudo de tener claro el concepto de qué es y sospechando que la costumbre que arrastro de imaginarlo referido a niños, siempre en torno a niños, me induce a error. Así encuentro que, bueno… cualquiera que no sea yo lo sabrá, pero es lo que encuentro y así lo corto y pego, literal:
    pedagógico, ca.
    (Del gr. παιδαγωγικός).
    1. adj. Perteneciente o relativo a la pedagogía.
    2. adj. Se dice de lo expuesto con claridad que sirve para educar o enseñar.
    Lo que me lleva a deducir que no es necesaria ni exclusivamente algo dirigido a niños, porque siempre habrá algo — aunque se sea muy viejo — pendiente de ser aprendido, de que el “viviente” habrá sin tregua ni pausa ni descanso de ser educado o enseñado a… lo que sea.
    Parece, también, que el aprendizaje en cuestión ha de llegar de fuera, que ha de ser otro, distinto de uno mismo, el que desempeñe, o asuma, la labor de educarnos.
    Creo que, en realidad y por mucho que el aprendizaje lleve incorporadas diferentes materias y disciplinas cuya utilidad quién sería yo para cuestionar, lo incuestionable e ineludible es que estamos obligados a aprender a vivir; lo cual resulta a su vez chocante, o me lo resulta a mí, porque, ¿aprender a vivir para terminar muriendo?
    Se me antoja contradictorio; pero, aunque no lo fuera, aunque el aprendizaje del vivir fuese a ser algo que sirviera para una vez adquirido el correspondiente título salir con él bajo el brazo por la puerta de la ignorancia y a partir de ese instante empezar a ejercer de “viviente titulado”, docto en la materia, me sigue asaltando la zozobra de que tal cosa sea posible.
    Todo lo que se aprende es basa (o se acumula) en experiencia, propia pero cimentada, a su vez, en la del… ¿docente? Que nos la muestra.
    Me temo, y que me perdonen todos los que lean estas líneas y sepan más que yo, que por mejor voluntad que se ponga y por más empeño que se aplique a la tarea siempre iremos, enseñante y aprendiz, a la zaga y a rebufo del instante.
    A sumar. Aprendes a sumar dos y dos y ahí se queda; y luego, con ese tramo del camino andado, atesorado ese saber, aprenderás a sumar cuatro y cuatro, y todo estará yendo de alguna forma en una especie de progresión digamos lógica, o coherente, y también de alguna forma previsible.
    ¿Pero se puede prever en cada instante el instante siguiente que la vida va a deparar?
    Y, aunque se previera, ¿serviría lo aprendido en el momento y las circunstancias y el entorno en el que se aprendió para saber resolver el imprevisto?
    La vejez. Se dice que los viejos saben pero, ¿saben qué?
    Aunque nunca dejen, dejemos (lo digo por mí) de aprender, lo aprendido será viejo (también) e inservible en el ahora mismo en que, por concretar, veo las 3.18 en la pantalla del ordenador.
    No sé lo que he aprendido, si poco o si mucho, a lo largo de los años, pero me temo que para cuando el reloj de la pantalla salte a las 3.19… que ya ha saltado, perdido ese minuto en teclear, pero, bueno, el 20 si es que me da tiempo de atraparlo, ¿sabré vivirlo siendo la primera vez en toda mi vida que viviré el minuto 3.21 (o 22, o el que me dé tiempo de alcanzar con las yemas de los dedos deambulando torpes, confusas como yo y como las manos mías por el teclado) de un martes, el único martes de toda mi vida 13 de enero de 2015?
    Mira, las 3.25 entre unas cosas y otras…
    Me quedaré quieta y esperaré al siguiente sin hacer nada. Y que por lo menos no se me escape.

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    • Ipso-Facto
      13 enero, 2015

      Alicia, deberías dormir más y dejarte soñar. Si esperas que pasen los segundos, minutos, horas, días y demás, para que no se te escapen, pues, hhmmm….

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      • Alicia Bermúdez Merino con DNI 00132839z
        13 enero, 2015

        He dormido durante casi sesenta y siete años. Termino de despertar.

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        • Poema de cantautor
          13 enero, 2015

          óle ahí esa frase Alicia, es que… no me he podido resistí….

          Pues hala, para eso valdrá la vida no? para despertarnos siquiera antes de morirnos….
          Mira, aprovecho para decirte que me siguen flipando tus raps y que he encontrado uno- con el permiso del aventurero, que es que …. une a dos vidas que están en distinto tempo! y habla del tiempo, que es vida /muerte y es ….

          Y yo amo también ese tiempo extendido…. un abrazo a Pablo, el de las aguas del Zújar y los lagos de la Serena, de donde mi padre me lleva aún a coger agua y a por tierra de brezo. De allí donde los ciervos, aún quieren escaparse de las escopetas , de donde la jara es la más linda y pegajosa del mundo! con su flor blanca y el corazón amarillo salpicado de púrpuras.. y el romero y los madroños hacen que te entren ganas de tocar la zambomba..
          Pablo, mi maestro del tiempo, me enseña «sin ruído de palabras» el mas precioso de sus significados.
          Nash y Pablo, una bomba de tiempos… rezando al no tiempo, donde la vida no se «cuenta» de ese modo
          » Los viajes inmóviles». Tiempo
          https://www.youtube.com/watch?v=NiQu96F1BxQ
          .. » porqué me haces sufrir tanto amado tiempo….
          ….te construiré el mas hermoso castillo y allí podré amarte eternamente»……..
          ….el lago de la gruta … explica la paciencia del tiempo…
          Bello!!!! ( bella la luz de Enero)

          Un abrazo Alicia Bermúdez

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          • Alicia Bermúdez Merino con DNI 00132839z
            13 enero, 2015

            Me da un poquito de vergüenza tener que reconocer que estoy cediendo a la vanidad; pero también tengo un poquito de country:
            Yo te conocía.
            Querías llevar el pelo suelto
            Y aborrecías los calcetines blancos.
            Querías ser mayor
            Y llevar el pelo corto
            Y calzar zapatos de tacón muy alto.
            Yo te conocía.
            Querías estar siempre en otra parte
            Y soñar sueños que nunca soñabas.
            Querías querer tener esperanza
            En que llegase un tiempo que borrase el pasado
            Y que al mirar atrás no hubiese nada.
            Yo te conocía
            Cuando querías ser mayor
            Cuando querías llevar el pelo corto
            Cuando querías zapatos de tacón muy alto
            Cuando querías soñar sueños distintos
            Cuando querías creer que había esperanza.
            Yo te conocía…
            … pero te he olvidado.
            09/12/2009

  4. Rafa
    14 enero, 2015

    Recinto roto

    El árbol de las fuentes de todo lo creado.

    El pasado, el presente, el futuro
    en cada célula viva.

    Los códices extensos del azul duradero.

    La arena verde que dibujan las algas.

    Me disuelvo en cada cuerpo, en cada árbol,
    en cada pensamiento que anticipa la vida
    de otra manera.

    Así
    soy el buzo de los corales rojos
    donde
    fundo el solar
    de las sílabas
    que han de acercarme al tiempo
    de las canciones lentas.

    Cierro mis manos para sentir sus huecos.
    Descubro las leyendas donde nacen los ríos.
    La luz, entrelazada con los pinares últimos.

    De Sin Ruido de Palabras ( de Pablo Guerrero)

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