Párrafo 6.1
6.1 «Cuando se tejen laberintos con intereses y sentimientos, cuando aparece distorsionada la intención por el estado anímico, cuando los colores se niegan a las formas que han construido los sistemas, han de limpiarse los cuarzos que iluminan la inteligencia para que se liberen todos los impulsos y brillos que secuestraron el yo».
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Secuestrado nuestro yo profundo, ¿quién pagará su rescate?
Nos encerramos en sucesivas vivencias que invitan al polvo a arremolinarse entorno a nosotros hasta que un día no vemos más allá de nuestras propias imágenes creadas. Impostamos el mundo porque ya sabemos lo que queremos, ya sabemos lo que es real, ya sabemos lo que la vida nos puede dar. Llega un día en que nos olvidamos de levantar las persianas a nuestras neuronas porque nos hemos acostumbrado a los tonos grises y dejamos de creer en lo que no vemos porque no interesa asomarse a un espacio en el que no reconozcamos la utilidad de las cosas.
Cuando amordazamos nuestro funcionamiento para que no nos incomode sentir la tristeza de haber estancado nuestra capacidad de crecimiento, entonces hay que darse cuenta de que nuestros semiconductores, nuestro funcionamiento piezoeléctrico,ha quedado inutilizado por la hipnosis del modelo.
Es momento de trabajar en despejar los miedos y las frustraciones que nos dificultan mirar el futuro con una intención de limpieza. También es el momento de que heroicamente paguemos el rescate de los que están atrapados para hacerles sentir su brillo y quizás así desde ese lugar, nos resulte más fácil reconocer el nuestro.
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4 Comentarios
Susana
28 julio, 2013Lo más frágil, sutil, y a la vez más poderoso quizás, tal vez sea la alegría, la alegría de vivir…así a secas, solo porque estamos aquí. No se si el rescate que hemos de pagar será en esta moneda y sólo en ella. Sin pedir nada a cambio, sabiendo que es un don, una oportunidad única, no perdemos nada si nos atrevemos a vivir lo más despejados y limpios que nuestras capacidades, historia, actitudes y estilo nos permite pero llegado un punto creo que estamos en condiciones de apostar por este nuevo modo de estar… quizás desde ahí podamos presentir lo que no vemos.
Beucis
31 julio, 2013En el camino que emprendemos desde nuestro estar a nuestro ser, no siempre hay limpieza; no siempre tenemos claros los referentes; no siempre tenemos la humildad de reconocer nuestras limitaciones, lo lejano que queda el objetivo, pero, tal vez, lo mas peligroso puede ser haber logrado objetivos; objetivos interesantes y hacer mal uso de ellos.
A veces hemos tenido cerca a alguno de estos personajes y nos hemos sorprendido. Nos ha sorprendido la osadía y arrogancia. Se han atribuido estados evolutivos, niveles espirituales inexistentes, y, afianzados en esta impostura , se han denominado maestros y han impartido enseñanzas.
La historia enseña el uso que el tirano ha hecho de personas con una cierta sabiduría y con una no menos cierta indecencia, a cambio de poder y dominio sobre los demás. Búsquedas demenciales de griales bastardos, a los que se atribuían la llave de la riqueza, la salud, la vida y la juventud. Los hemos podido contemplar dando clases en academias a su medida de pobre osado, ebrio de orgullo y necedad. Lo hemos visto y sentimos temor ante el error ajeno; ante la impostura. Sentimos temor a ser como Alejandro cortando el nudo de Gordio, sin asumir lo que se le ofrecía: un camino de perfección y preferir, a cambio, la vía rápida de la espada.
Todo eso lo tenemos ante nosotros y tenemos que elegir y nos equivocamos una vez y otra vez. Porque es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el rico, rico en posibilidades, entre en el reino de los cielos.
Y habrá que limpiar los cuarzos y liberar los impulsos que secuestran nuestro yo para que el tener deje de entretener y el estar encuentre al ser.
Alicia
31 julio, 2013Ese nudo gordiano.
¿Se nace con él?
¿Se forma en algún momento de la vida?
¿Cada cual hace el suyo?
¿Sabe que lo ha hecho?
¿Se lo hacen otros?
¿A prendemos todos a deshacerlo?
¿Si lo hacemos (aun sin saberlo) para otro, estamos haciendo al mismo tiempo el nuestro?
¿Si nos lo hizo otro, hizo (aun sin saberlo) al mismo tiempo el suyo?
¿Es evitable hacerlo, para uno mismo o para otro?
¿Se es responsable de (aun sin saberlo) hacerlo para otro?
Victoria
27 agosto, 2013Cada uno con su estado contaminante…
Deduzco que esa limpieza ha de ser hacia dentro y hacia fuera; de uno mismo para sí y para los demás, y viceversa.
Multiplicidad de vectores que se encuentran, supongo, interrelacionados de modo inseparable, por lo que la pulcritud o actitud de limpieza ha de estar en permanente alerta y funcionamiento.
Sin embargo, ¿cómo se limpia?, ¿cómo no se ensucia, o se hace cada vez menos?.