Párrafo 5.4

5.4 «Entonces se podrá entrar en el secreto de que no estimula el gen a la proteína como un pájaro que despliega sus plumas de colores, y que tampoco adopta la proteína movimientos ondulantes o formas insinuantes para inducir o seducir al gen».

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Durante décadas, el lema «Un gen, una proteína» fue el dogma central de la biología molecular. Con ello se indicaba implícitamente que cada gen solo podía leerse, o expresarse, de una única manera. Hoy se sabe que algunos genes pueden codificar más de una proteína y que ciertas proteínas pueden ser codificadas por más de un gen. Es más, hay genes que no codifican proteína alguna, sino que se traducen a otros tipos de ARN, distintos del mensajero, que cumplen diversas funciones en la maquinaria celular.

Todas las células contienen los mismos genes pero no todos se expresan en cada una de ellas. Según el momento y el entorno, y dependiendo del tejido o del órgano del que formen parte, en cada célula unos genes estarán activos y otros permanecerán dormidos o no llegarán nunca a despertar. Para que esto suceda, para que un gen se copie y se envíen las instrucciones necesarias para fabricar la correspondiente proteína, se necesita de la colaboración y la conjunción de un amplísimo número de circunstancias y factores.

Para empezar, no es fácil acceder a un gen para copiarlo. Los filamentos de ADN son enormemente largos en comparación con la longitud de la célula, de forma que tienen que empaquetarse para poderse almacenar. Para llegar al gen, hay que deshacer parte de este empaquetamiento y, en la zona elegida, las dos cadenas de la hélice se tienen que desenrollar. Cuando esto se consigue entra en acción una proteína, la ARN polimerasa, que es indispensable para que el ARN se fabrique. Pero no solo eso, sino que además se necesita que intervengan otras proteínas que regulen el proceso y estas proteínas, a su vez, se activan o desactivan a partir de las señales que reciben del citoplasma.

Como puede verse, hay múltiples evidencias de que todas las instrucciones necesarias para fabricar la futura proteína no se encuentran en el fragmento de ADN que se copia, sino que se precisa mucha más información. De alguna manera, el ADN requiere del producto de su lectura para que pueda ser leído. Algo así como si los personajes escaparan de la obra y la estuvieran escribiendo al mismo tiempo que la leen.

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10 Comentarios

  1. Nuba
    3 marzo, 2013

    “Durante décadas, el lema “Un gen, una proteína” fue el dogma central de la biología molecular….

    Crick se equivocó en llamar a algo en Ciencia dogma ( dogma es una palabra falsa, no hay nada dogmático porque todo está cambiando por lo limitado de nosotros y nuestro conocimiento,
    Eso no significa que no haya leyes, pero es así en la mayoría de las ocasiones
    ( lo cual nada tiene que ver con el hecho también cierto de que dentro de un gen, hay mucha información ATTCGAGT…..- letras que no forman parte del código por el cual, la célula traduce a proteínas los codones.
    El código tiene su sentido, la síntesis de proteínas, ¡magnífico descubrimiento! fruto de grandes mentes ,maravillosa herramienta.
    Pero los genes, la información genética y sobretodo LA REGULACION DE SU EXPRESION, es individual y a la vez colectiva; total y a la vez particular, sujeta a ritmos, cadencias, etapas, recorridos, que no nos separan sino que deben transcender en nosotros para mostrarnos:

    – Que una célula no puede sobrevivir sóla. Ni siquiera los organismos unicelulares están aislados del entorno en el que viven, marino, oscuro, sulfúrico, son porque se conectan con su medio.
    – Que igual que por dentro somos átomos, biomoléculas, células, tejidos, órganos, sistemas y “nosotros”-Es decir, estamos sujetos a una red perfecta de vínculos energéticos que intentan ordenarse en el desorden , equilibrarse en el caos- Los individuos pluricelulares, compartimos una genética común y esto también lo sabemos gracias al código. Sabemos que nos diferenciamos poquísimo de un guisante, apenas nada de otros mamíferos.
    – Que sabiendo que tenemos prácticamente el mismo vocabulario, o mejor, abecedario interior que el resto de seres que habitamos la tierra, ( Gaia os gusta llamarla) pues sí, nuestro planeta (de momento), hoy, muchos científicos entendemos, gracias al conocimiento, que estamos unidos a ese gran corazón que late fuera, que cada día pisamos, que nos mantiene erectos porque aunque queremos volar el núcleo nos recuerda su magnetismo.. Es decir que estamos aquí, dotados de una maquinaria perfecta, unidos a las fuerzas cósmicas más allá de nuestro pequeño planeta, que gira en equilibrio con su universo, y éste con los otros….
    – Sabiendo ésto, cada día lo olvidamos, cada día nos puede lo que los que aún no se despertaron manejan. Estamos en un mundo dirigido por idiotas ignorantes y sobretodo irresponsables que no ven más allá de sus narices.
    Aún así podemos hacer mucho, aún así lo podríamos hacer todo, JUNTOS.
    – Nuestros genes bailan con las proteínas, la proteína literalmente “mete el dedo en la llaga del gen” le toca ( zinc-fingers motifs , ir a mirarlo– una de las estructuras de proteínas de unión al DNA),.
    – los genes del presente, del ahora, se modifican en el presente y en el ahora y en el instante… dependiendo de estímulos externos y a veces ésta transformación se vuelve tan crónica, que a pesar de la perfección de las maquinarias de reparación y “resucitación” y /o compensación, los cambios en ese abecedario se vuelven irreversibles y se heredan. Esto lo llamamos Epigenética, significa que no sólo influye la herencia mendeliana que va de padres a hijos, sino que lo que hagamos cada uno con nuestra vida, afecta mucho: Primero a nosotros mismos, a nuestro cuerpo y por tanto a nuestra alma, porque no hay separación para el mortal entre el cuerpo y el espíritu…

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  2. Nuba
    3 marzo, 2013

    Sigo ( y al decir ésto me acuerdo de Loli..me encantaba su interés en el aprendizaje, espero que sigas, donde quiera que estés)
    ….
    Primero a nosotros mismos….
    – Después a nuestro microambiente más próximo, es decir a aquellos con los cuales nos relacionamos. Esto es válido tanto para lo que hacemos, como para lo que dejamos de hacer. Así es que sí, ya lo saben los Maestros, Eduardo, estamos conectados y eso debe servir sólo para que una vez que lo comprendamos, dejemos de sentirnos sólos
    ( ¿me lo digo a mí?) y emerjan claros los caminos del servicio a la comunidad.
    Es decir, que si me imagino célula sepa a cuales de los tejidos pertenezco, cuál es mi misión aquí y no la olvide, y la siga recordando. Creo que aunque ahora me pongo presumida en primera persona, ésto vale para todos. Cuanto antes en el “camino biológico” mejor: Debemos cuidar nuestro cuerpo porque no es nuestro es de los demás y para los demás.

    (PS: Elucubraciones de una nube, nada dogmático, siempre en movimiento, ahora con los ritmos de Marzo, los olores y las músicas de una primavera que me “anima”).

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  3. Loli
    3 marzo, 2013

    A Nuba:

    Sí, sigo (al menos así lo creo),..y os sigo

    Quizás ahora toca hacerlo desde otras perspectivas, y hasta desde otras actitudes.

    Pero ..sigo.

    Gracias por tu interés y por tu amabilidad, Nuba

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  4. Manolo
    3 marzo, 2013

    Interesantes los comentarios del Aventurero y de Nuba. Gracias a ambos.

    Siempre que leo cómo funciona esa complejísima y equilibrada maquinaria biológica, donde parece que cada vez se van descubriendo más y más “jugadores” que intervienen, me pregunto lo mismo: ¿cómo se gobierna todo esto? Porque lo cierto es que supera con mucho la más compleja obra de ingeniería que hayamos conocido. ¿Dónde está el “cerebro” que rige todo esto en cada organismo?

    Antes se decía que en el ADN estaba la clave, ahora se ve que está mucho más repartido. Ahora se asume que el entorno en el que vivimos también influye mucho, que incluso puede modificar el ADN con el que nacimos. Se sabía que, cada dos por tres, se producen mutaciones en nuestros genes, pero tampoco parece que esté claro qué las provoca.

    Si el entorno también modifica el ADN, ¿significa eso que ese “cerebro”, si es que existe, está, al menos en parte, fuera de la piel que envuelve a nuestro organismo? ¿Será, como dice Nuba, que cada uno de nosotros formamos parte de un “organismo” mucho más amplio?

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  5. luz
    6 marzo, 2013

    …Quizás por eso, el Ida-Pingala-Sushuma nucleíco, conforme una enorme dinamo superenrollada, como los filamentos de una bombilla, emitiendo pulsos de diversas longitudes de onda. Colores y sonidos que pueden salir de la barrera de proteínas que le protegen y que dirigen su «respiración», primera barrera; del líquido nuclear que estabiliza su estructura, segunda barrera; y de la membrana del núcleo, tercera barrera. Para alcanzar así el medio básico donde se estabilizan el conjunto de proteínas-enzimas, otras moléculas, y demás orgánulos celulares citoplasmáticos.
    Las filamentosas ondulantes y vibrantes proteínas, coordinan citoplasma-núcleo dentro de cada célula y entre las células contiguas. Intercomunicando las funciones del núcleo y del citoplasma de una forma coherente, sincrónica, rítmica, en función de las condiciones externas e internas de cualquier organismo vertebrado.
    Por eso, la alteración de la estabilidad de estas proteínas, producen una arritmia de las funciones celulares, que distorsionan las funciones coherentes entre núcleo y citoplasma y de las células adyacentes.
    De forma que así hablan los colores, así dicen estas proteínas, en un intercambio recíproco.

    …Es por eso que quizás la Madre Natura y su selección natural, haya elegido en los humanos, un código genético proporcionalmente muy pequeño en comparación con otros genomas, porque realmente, otras funciones de cuerpos, mentes y almas o espíritus, tengan más relevancia; aunque por eso, la complejidad de su estructura sea enorme.
    Doy las gracias al corazón espléndido de mi amigo arquitecto que, como muchas veces, sabe contagiar al mío y por supuesto, al autor; los grandes empatizadores con mis frecuencias; uno más que otro, por supuesto y por supuesto, con códigos diferentes.
    ..Ahhh, y a los dedos de los dioses que sustituyeron el código genético de Bach, por notas musicales…
    …A gran escala.

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  6. Nuba
    6 marzo, 2013

    Luz,
    Tu escrito me llega en una pausa del trabajo en que estaba yo mirando los poros en la membrana nuclear- ya verás como es verdad- y creo que te gustaría verlo a tí y a quien lo desee.
    Se describe aquí una forma de silencio. El silencio en la expresión de algunos genes. Un descubrimiento que tiene 20 años y que como todas las cosas esenciales se descubrió por casualidad. Botánicos que querían realzar el color púrpura natural de las petunias, y que en su transgénesis se encontraron con que las pobres flores perdían el color o nacían con manchas blancas.

    Desde entonces ha habido un premio Nóbel al grupo que explicó los mecanismos de muchos procesos, que silenciando la expresion de genes nos protegen de enfermedades. ( A nosotros nos sirven también de herramientas para nuestro trabajo).
    Está protagonizado por moléculas de RNA pequeños cuya diana es el mensajero y su misión, destruírlo.
    (Una forma de «autogobierno» interno, Manolo, que sucede en muchos organismos desde hongos, plantas, gusanitos y mamíferos y que no deja de ser un mecanismo de compensación contra agresiones externas a la integridad celular)
    Se requiere una precisa cooperación con-tacto de los RNA y las proteínas y un reconocimiento preciso de la información que debe silenciarse. Bellísimo.

    http://www.nature.com/nrg/multimedia/rnai/index.html ( «view the free animation..-en rojo)
    Espero lo disfruteis.

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  7. Luz
    7 marzo, 2013

    Grazie…interesante. Como diría un amigo del barrio, apasionado de la Astronomía, «basura espacial»; en este caso «basura celular»; creo que son materiales genéticos de virus por el citoplasma pululando, según tengo entendido; ya veré el enlace… estoy con otra cosa.
    …Me ha saltado la imagen del experimento del «dios» Huygens… ¿?…

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  8. Atila
    9 marzo, 2013

    Y cuando alguien dice una impertinencia a otro lleno de rencor y despues se disculpa.-Ya sabes, «yo soy asi de prontos y a estas alturas no voy a cambiar» Es de familia. Pues porque no se para a pensar un poco para poder cambiar y no ofender.
    Es un ejemplo muy tonto pero si uno procura el como cambiar y pelea con esos genes familiares quiza les gane y empieza a cambiar y sus descendientes tambien. Yo creo mucho en el entorno.
    Hay familias con antecedentes depresivos o con una avaricia desmedida pero el cambiar les horroriza y prefieren aturdirse, hacer de todo para no pensar y menos hacer examen de conciencia y el estar solos les asusta. Cuando uno reconoce sus errores ya tiene medo camino andado.

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  9. Afrodita/Alicia
    9 marzo, 2013

    Queda tan gráfica, tan plástica en el texto del autor la escena, que cabe imaginar al gen como un pavo real vanidoso desplegando sus encantos de colores en forma de abanico y, a ella, la proteína, una especie de remedo de señorita exuberante y algo insulsa, una muñeca rellena de silicona y botox meneando, coqueta, el…, bueno, escribiré “las caderas”.
    Cabe, a la vista de tan pintoresco fotograma, imaginar también qué pactos y alianzas pueden darse entre dos elementos tan… “Tan” pero no más — aunque tampoco menos — de las alianzas y los pactos a que pueda llegarse entre individuos/elementos de diferentes sexos (o aun iguales, por no ir en contra de los tiempos) frente a situaciones de la vida cotidiana que, luego, terminan como terminan y sucede tantas veces lo que pasa.
    Me lo puedo imaginar así — el cortejo, el devaneo — porque pese a mis casi por completo nulos conocimientos al respecto sé que, aunque nunca los haya visto con mis ojos, tienen tanto la proteína como el gen una estructura, una composición y una consistencia constatada por científicos e investigadores y expertos en la materia. Puedo, por tanto y en nombre de mi ignorancia, imaginar y escribir tonterías muy fácilmente refutables.
    Así que voy a abandonar ese terreno en el que me muevo con tanta desventaja y voy a marcharme a otro en el que mi desventaja no supera a la de ningún otro mortal que pueda, con autoridad y conocimiento de causa — aunque sí con opiniones y criterios, por supuesto, tan subjetivos como los míos — decirme que estoy escribiendo disparates.
    Me refiero al antes y al después de la materia; al, aunque sea para ponerme cursi, el espíritu y el alma.
    Siempre he tenido dudas acerca de sus similitudes y diferencias, así que se me ocurre mirarlo en el diccionario de la RAE y encuentro que la definición para espíritu es “alma racional”, llegando a sí a la conclusión de que hay otra, alma, no racional, que doy en entender yo a mi manera como “alma” a secas, y que se me antoja equiparar (ya que me pongo) con la proteína coquetuela…
    Así que dispongo, para mi razonamiento, de:
    A. Un espíritu que vendría a ser el gen.
    B. Un alma que vendría a ser la proteína.
    Y con ese planteamiento me pregunto a qué pactos y alianzas estarán, tan ajenos ellos a tantas y tan complejas reacciones químicas como se dan en el laboratorio que es el cuerpo, abocados en su andadura común, en ese tramo del camino en el que nosotros, las personas, nos arrogamos el derecho de establecer un paralelismo entre lo imaginado/intuido/fantaseado/presentido y lo que con datos constatables y homologados conocemos.
    Que no es que diga yo que no.
    Pero sí que por qué no plantearse el asimilar lo de dentro a lo de fuera en vez de lo de fuera a lo de de dentro.
    Me contesto que porque nos quedaríamos todos con el… —ahora sí que voy a escribir “culo” — al aire.

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  10. José
    9 marzo, 2013

    Vuelve Perez de Carrera a mostrarnos algo que esta más allá. Lo esencial de la vida más allá del «mecanismo biologico».

    Para mi, nos remite a mirar lo espontaneo de los cambios. Lo espontaneo del origen, lo espontaneo del amor, de la apertura de la consciencia. La participación activa del hombre en el devenir

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