Párrafo 20.28
20.28 «Entonces es cuando cuentan las sirenas que hay que elegir bien las acciones y escuchar el rezo del corazón, porque dice esa gente del Sol lejano que cada quehacer preña el espacio, y de él nace un nuevo arquetipo que va a rondar las ventanas de la gente nueva. Es fácil entender que en un sistema cerrado la energía tiende a detenerse, por eso la vigilia del hombre ha de emprender la tarea de destruir incansablemente las fronteras de todo tipo que han levantado tantos cuerpos cansados por el miedo.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Mitra, el Cristo de la Era del Toro, va a sembrar la tierra de toros, verracos, danzas de bailarinas entretejiendo cuernos de toros en Creta. Tal vez desapariciones de Atlántidas ensoberbecidas, cornisas que se abren al conocimiento de tantos Noés y que siembran de koinés el matriarcado.
Orfeo con su lira será el Cristo de la Era del Carnero. Acompañará a argonautas a través del tiempo por espacios, por tierras Sin Nombre. Hades y Medea entretejerán soluciones y mentiras, y los dragones guardianes no morirán, serán dormidos. Pero vendrán nuevos Jasones y el Bellocino será encontrado; deberá ser encontrado.
El hombre sabe que las mujeres pájaro, arpías de todos los tiempos, vigilan y aconsejan acompañadas por sabios ciegos: Fineo, Tiresias…, que darán claves para que las Puertas Batientes (simplégades) queden sujetas y nuestro paso por el cerebro irá cada vez delimitando sus dos hemisferios, y también enseñarán a huir de paisajes y lagunas de olvido.
Jesús el Nazarita nos enseñará el amor sin límites, sin esperar nada a cambio. Recuperaremos esos dos mandamientos que nos hurtaron y, junto a Moisés, podremos llegar a la Tierra Prometida, porque hemos aprendido a pactar con el enemigo y hemos aprendido también que sólo debemos adorar al dios que está en nosotros, al que deberemos descubrir poco a poco; como debe ser.
Jesús, Cristo de la Era de los Peces, esposo en Caná, enseñará doctrinas ocultas a unos pocos, que se encargarán de custodiarlas, protegerlas y difundirlas.
Y estamos en la Era de Acuario. El Cristo de la Era de Acuario no va a dejar prevalecer mentiras ni engaños. Habrá limpieza, luz; ningún resquicio para la falsedad.
Nosotros, argonautas de la Era de Acuario, seguiremos las enseñanzas de su Cristo y de los otros, porque somos poseedores de esa célula crística y vamos a rescatar a los Santos Padres. Porque buscamos al Vellocino de Oro; porque queremos hallar ese Grial que Parsifal encontró y que Arturo, en comunión con el terrible Caballero Negro, empuñando una Excalibur que ha surgido de las aguas, cabalgando irá a Camelot, nueva Jerusalén celeste, donde deberá esperar en esa Tabla Redonda a todos y cada uno de los caballeros que salieron en búsqueda de la copa sagrada como logro y empeño personal, como un cambio de estado.
Merlín, Merlinat, estirpe sagrada, va a ayudar a ese ser, a ese Prisciliano derramando monasterios, creando un Cristianismo abrazado a doctrinas druidas, complejo y vivo.
Desde los esenios, ese maestro de justicia acompañará a cátaros, templarios, órdenes de Cristo, masones, maestros de obra. Jackin y Boaz, dos columnas del templo de Salomón, herederas de saberes de Oriente y de Occidente, maestros de la piedra… caminos de Santiago y tantos otros.
No nos olvidemos de que los dioses se enamoraron de las hijas de los hombres, y Prometeo robó el fuego sagrado porque amó a ese hombre cerrado en cavernas, con ojos que no veían…y les dio el fuego de la reflexión, del poder elegir, lejos ya de su hermano Epimeteo, el del acto impremeditado, actual y tosco. Prometeo, por amor a ese hombre balbuceante, es atado en la cima a la materia, y allí ofrecerá su hígado como holocausto, como redención. El águila, Zeus, el rayo, con su rapidez lo engullirá hasta que venga el héroe a rescatar al titán.
Igual que Lucifer en la sima, atado a la materia por amor al hombre, ha perdido su trono, su esmeralda sabia, ha dejado de ser Luzbel (luz bella) para ser luz del hierro (Lucifer), con ese hierro en la sangre que marcará su oxidación, su muerte. El héroe Narciso le rescatará y abrazará y se fundirá con él, como nos cuenta Caravaggio en su hermoso cuadro.
Sísifo se fundirá con la piedra, la hará suya, será uno con su tarea, y será como Arjuna, pero no va a olvidar el mensaje de Krishna. Emprenderá la batalla porque es su deber, sin saber si será vencedor ni vencido.
Perseo derrotará a la Medusa (memoria pasiva), y sin mirarla montará Pegaso, caballo alado nacido de la sangre de esta memoria. Va a librar a Andrómeda, pareja eterna, de la materia y de la custodia del dragón, y los dos abrirán constelaciones en nuestra bóveda craneana.
Y cuentan las gentes de Sirio que Ulises se purificó siete años en la cueva de Circe. Y de allí partió a Ítaca, su paraíso, que ya no era el mismo, como tampoco lo era él, como tampoco lo era Penélope, como no lo fue Ariadna al abandonar Naxos después de siete años: debió liberar al Minotauro, y despaciosa, lento caminar, fue hacia Dionisos, el dios, haciendo cosas durante el camino; como debe ser. Ulises llenó de cera los oídos de sus marineros, para que no oyeran los cantos de las gentes de Sirio, de sus sirenas, cantos de evolución que nos dicen cómo romper las empalizadas del miedo para que las aguas vivas inunden y se mezclen con nuestras energías, para ser bautizados con las aguas de Juan y para ser purificadas con las llamas de otro Juan, el que nos abrirá la muerte iniciática.
Jano Bifronte, nacimiento y muerte. Eros y Tánatos.
Y así, salimos hace mucho, cuando aún surcaba el espacio la nave Argos. Así salimos de un Paraíso a la baja, donde nos comunicábamos con dioses y bestias, sin conocer la enfermedad, sin conocer la muerte. Salimos desnudos, sin nuestra piel animal, abriéndonos poco a poco al fuego de Prometeo; supimos lo que era enfermedad y muerte. Y en ese eterno andar volvemos a ese Paraíso, que es otro, porque nosotros somos otros, donde hay plantado Árbol del Bien y del Mal y de la Vida, y en cuyas sombras deberemos cobijarnos.
Pasadas las etapas del siete que nos han acompañado, me encuentro al final del camino con muchas hojas del calendario leídas y siempre acompañada por los versículos de este libro. Y siento agradecimiento, mucho, porque sé que soy biennacida y en estos trece años he evolucionado junto a sus páginas; páginas protegidas por algunas gentes (Miguel Ángel, Nené, Anne Sophie, Badia, Ángela, Alejandro, Manolo, Enrique, y tantos otros anteriormente…), ilustradas por generosos e inspiradores artistas y comentadas con amor por pocos, muy pocos. He aprendido mucho de vosotros y creo que deberíais continuar con esta despedida a un libro que nos ha hablado de muchas cosas, pero sobre todo a vencer el miedo.
No sé cómo ni dónde leeré ese otro libro, pero sé que lo haré desde esta orilla… o desde la otra. Gracias. Inmensas gracias.
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9 Comentarios
Panacea
3 mayo, 2022Llegados al final del recorrido, no se puede menos que agradecer las enseñanzas que este libro encierra y la concepción del hombre como un ser divino, potencialmente inmenso y cargado de valores para emprender el camino de la ascensión hacia ese ser universal, esa unión con el todo, lo que Aurobindo llama el Absoluto. Es una continua invitación a creer en uno mismo, a despojarse de ataduras, a abrazar el continuo nacimiento.
Ese rezo del corazón, ese mandamiento hurtado de buscar a Dios dentro de ti, es toda una potencia sagrada puesta a disposición de uno para creer, crecer y no aceptar limitaciones impuestas ni pastoreadas por nadie.
Un libro cargado de sabiduría donde reiteradamente nos recuerda lo paralizante que es el miedo y lo destructivo que puede llegar a ser vulgarizarse, equipararse, no respetarse. Está lleno de impulsos para el que quiere crecer y llenarse de mensajes que agrande el espíritu como alimento necesario para vivir.
Y nunca terminará aquí. Cada vez que se indague, se busque y reflexione sobre ello aparecerán nuevas claves; nuevos guiños sorprenderán, y de su lectura, cada vez más intrincada y compleja, surgirán otros campos a desarrollar. Como toda obra de arte, es un libro vivo, que evoluciona, en continuo cambio dialoga con uno, y así, por su esencia y contenido, perdurará por encima de todos los tiempos.
Gracias a todos los que han permitido compartir este espacio y, sobre todo, a su autor, Eduardo Pérez de Carrera, por ofrecernos y poner a disposición tanto aprendizaje.
María
3 mayo, 2022«Cuando se rompen las normas del Tiempo, el instante más pequeño se rasga como un vientre preñado de eternidad. El éxtasis es el goce de sentirse engendrado en el infinito de ese instante». Ramón María del Valle Inclán.
JM
4 mayo, 2022Y será posible tanta revolución con una sociedad tan asentada en el miedo? Pues seguramente lo sea pero el precio que pagará será altísimo para poder avanzar, pues las cadenas a las que nos hemos sometido pesan demasiado.
Rafa
4 mayo, 2022Nos cuentan las Sirenas, las ninfas de Sirio, la estrella más brillante, calendario para los egipcios, un sol lejano, que cada acción debe nacer del corazón.
Que los momentos en que se realizan las acciones se multiplican infinitamente hasta preñar el espacio y que van a permanecer como herencia para la gente que está por venir.
Pero quizá no haga falta esa advertencia, porque todos interiormente, sabemos que una sonrisa le puede alegrar el día a alguien, que los niños y los viejos y los que se sienten pobres y desafortunados y los que se sienten ricos y afortunados, antes o además de esto son seres que suenan detrás de la máscara y así debemos de tratarles..
Pero para esto hay que practicar la vigilia, hacerse vigilante de cada una de nuestras acciones, hacerse artista y artesano de uno mismo para dejarlas como herencia un mundo mas limpio y sin fronteras, que las arpias y el miedo quieren ensuciar.
Dar las gracias a los aventureros que nos han acercado párrafo a párrafo este libro que se respira y que tambien preña el espacio de un conocimiento antiguo y nuevo a la vez, como herencia para un mundo más real.
Un abrazo
Loli
4 mayo, 2022El Génesis parece querer indicarnos que la Creación es la puesta en Acción, en Movimiento del Pensamiento Divino mediante la Palabra, la Vibración.
“Vivo» es el poder del movimiento, moverse en la dirección de apertura, atención, entrega de los cinco …. ¿o más?,… sentidos, la capacidad de la voluntad humana”, leí en algún sitio.
Nada puede estar “quieto”…. Lo que se recibe es para trabajarlo, desarrollarlo y ofrecerlo, en avance, más purificado y dejando lugar para una “Buena Nueva”.
Ni siquiera es para “nosotros”….., no puede “quedarse”, estancarse.
Movimiento, Vibración, Luz.
Quizás, quien ya conocía el cántico que libraba a la sangre del hierro atormentado, como nos dice Aventurero, se empeñe, desde una Fuerza aún muy desconocida por los seres humanos, la del Amor, una y otra vez, en que la Humanidad la aprenda y la entone ….., cada uno la suya, su propia canción, única, intransferible.
Las palabras mágicas que abren la Montaña a sus tesoros.
Antorchas únicas, personales, de llamaradas, rítmicamente armoniosas, que iluminen grutas aéreas, donde, quizás, se guarden, cuidadosamente, los Mandamientos Perdidos.
“49 Respuestas a la Aventura del Pensamiento” es una invitación constante, desde la propia construcción sintáctica, a la huida del estancamiento y la búsqueda de los armónicos personales, los que activen y muestren caminos esenciales desde el pensamiento, y …. también desde la respiración….
Es un libro, hoy por hoy, siempre leído …… por primera vez.
Las letras y palabras de sus Prólogos y Cartas, fluyen constantemente, imposibilidad de aprehenderlas, lo “vivo” no puede “estancarse”.
Invitación a descubrir el ritmo que ilumine mejor el futuro que, quizás, cobije y proteja nuestros verdaderos armónicos, los reales.
La Aventura ….. servida.
CB
6 mayo, 2022Gracias al autor de este libro Eduardo Pérez de Carrera por sembrar el alma…y la Luz
Gracias también al Aventurero por sus comentarios
Badia
21 mayo, 2022«Si vas a emprender el viaje hacia a itacate,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni a fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante tí los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
[…]
Ten siempre a Ítaca en el pensamiento.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
cuando hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló (nos regala) un hermoso viaje. […]»
Kavafis.
Para MªAntonia con cariño y gratitud por ofrecernos siempre los saberes misteriosos de la mitología.
Un abrazo
Nuba
3 junio, 2022Quería agradecer también. Muchísimo, tanto al autor como a toda la comunidad de palabras, poesía, animas! que se han convocado alrededor de unas palabras precisas, preciosas, que nos han dado muchos aprendizajes. El encontrarme con el libro y vuestros textos hace tanto ya! me dió un refugio enorme en una época encrucijada de mi vida donde andaba perdida. Me he perdido algunas veces más desde entonces, sí, y esas muertes simbólicas han ido sucediendo, pero la que escribe para agradeceros a todas y a todos, es ahora otra y la misma pero confortada. Arropada, y lo digo así porque estoy reconciliada con mi espécie. Parece que lo que digo de aguantar ser parte de mi especie, es de ser idiota e ignorante. Pues mucho de la dificultad de la que he adolido desde que nací es de avergonzarme de esa pertenencia a esta especie autofágica y si queréis caníbal. Apenas hace unos instantes que me reconcilio y acepto y vosotras y vosotros y el contagio de vuestro arte y el tiempo que nos toca -sin perder la memoria-y el ser madre y ser privilegiada y haberme encontrado con tantas buenas almas, y poder volver a definirnos como almas y arrebatar las palabras que nos han malversado y y.. seguir con las granadas, y con las flores de San Juan, aunque ahora ya las hemos recogido porque están diciendo que no llegan al solsticio…
Quería despedirme de Eduardo y las aventureras con un canto de mi tierra rayana, canto que no es tribal, ni de culturas ancestrales, canto que no es mío es nuestro porque lo canta este sitio tan bello de aguas y nieblas y nubas y robles y encinas y sabanas y sequía en medio de pantanos donde habitan esos 10.000 seres que decían los chinos y que tiene aún muchos mundos en uno y que quieren convertir – como en todos los sitios- en zonas de sacrificio y entonces nosotras cantamos, cosemos, nos plantamos, nos bañamos, y nos abrazamos.
Me gustaría que fuera y dentro de este libro no se engañe naide con que la paz alguna vez va a solucionarse con la guerra, esto es todo contranatura, ésto ya lo decíamos en la Serena (ahora quieren borrar el nombre de nuestros pueblos ya no lo llamaremos Villanueva de la Serena habrá que llamarlo como digan los «expertos».
Siento desde ya la mala reproducción del video, él un cura de mi pueblo, que me acogió como tercera voz del coro, me enseñó a amar la música. Mi padre no me dejaba ir porque yo vivía al lado de la carcel y del hospicio de los pobres.. y eran los 75 ya muerto el dictador, pero Villanueva había sido dificil para ellos… y grande y con su Judería y aún ahí y aún ahora conservávamos la memoria.
Mi padre se distraía con sus palomas mensajeras pero no me dejaba ir al coro de D. Antonio pero una se escapaba.
El un cura católico pero enorme e integrador, nos enseñó la memoria de nuestra música de la tierra. Hace nada que pasó al otro lado. Os dejo ésto a lo que siempre -sin saberlo- me he dedicado: A cantar entre encinas meditando, y mirando a esa Nuba que me gustaría ser aún, y que descubrí en el ensimismamiento ese que decía D. Antonio, ( una siempre ha interpretado literlarmente) y me detenía-nos- y mirábamos todo, lo que había entre las encinas debajo de ellas por encima de ellas y lo que proyectaba nuestra imaginación de las sombras proyectadas en el medio.
Adios queridos amigos. Hasta pronto.
https://www.youtube.com/watch?v=8qIdlqVRIrU
Nuba
3 junio, 2022No se si lo he enlazado bien pues se me ha ido la corriente e internet, por si acaso, vuelvo a ponerlo, es una canción del Coro de D. Antonio Guisado que ha cantado una, cuando tenía 12 años
Entre encinas. Antes, no teníamos grabaciones de nada. Afortunadamente, era enorme y bella la acústica de la Iglesia de San Francisco donde ensayábamos y es imposible reproducirlo pero he podido encontrar ésto grabado generaciones después y me alegra que insistiera
https://www.youtube.com/watch?v=dyoaENYff78