Párrafo 20.21
20.21 «Las envejecidas arpías contaron al caprichoso Zeus que hay hombres que no miran su sombra, y por ello desarrollan todas las personalidades como los dioses. Prometeo esperaba paciente cualquier distracción para el robo del fuego de cada día, pensaba en la malévola ignorancia de las mujeres pájaro. Si la personalidad es la porción de estado de consciencia que uno muestra ante sí mismo, combinada con la que manifiesta ante el entorno en las distintas circunstancias que la vida convoca, todo ser humano tiene múltiples personalidades, y puede que considerando el tiempo como continuo pasivo, infinitas.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Imagino que tener infinitas personalidades sería algo parecido a contar con una apertura mental y una plasticidad caracterológica tal que permitiría reaccionar ante cada estímulo y ante cada encuentro personal sin ninguna atadura glandular y ningún bloqueo emocional o sensitivo. Sería como gozar de la libertad de vivir cada instante como nuevo.
¿La clave, nos dice el autor, es no mirar tu sombra, como aquellos hombres que habían conocido las viejas arpías? Si por sombra se entiende la zona más densa, más insana y más oculta de uno mismo, tal vez ser capaces de no atender en absoluto a sus turbias necesidades y requerimientos pueda ser el método más eficaz para disponer del máximo de potencias activas en cada instante. Ese “no atender” a los requerimientos de la sombra, a los miedos que engendra, para desarrollar todas las personalidades, parece algo accesible a nuestra voluntad desde el momento en que, como dice el texto, la personalidad es una porción del estado de consciencia que mostramos a nosotros mismos y al mundo.
2 Comentarios
panacea
15 marzo, 2022La sombra, como bien dice el Aventurero, parece entenderse como la zona oscura, la cara más densa del hombre. Y me aventuraría a decir que quien no mira su sombra, quien no lo necesita, no le atrapa, es un ser humano carente de ego; por eso es posible adoptar cualquier personalidad.
Sin ego la ductilidad es factible. Hablamos de seres adaptables a cualquier circunstancia; no hay ningún lastre que subyugue ni haga ser heredero de uno mismo, porque uno mismo es estar a lo que toca en cada momento y en cada situación. Si no hay sombra, no hay sujeción ni encorsetamiento a nada. Por eso, la personalidad identificada en uno mismo —que es lo que suele ocurrir: «yo soy así; yo pienso de esta manera…»— como tal es pequeña y seguramente cicatera; la personalidad adaptable a cualquier circunstancia o, como nos dice el texto, «tener múltiples personalidades», es una manera de llamarlo, pero yo me atrevería a decir que es ausencia de personalidad porque ya no se necesita de tu persona y se está más cerca de integrarse en un todo.
Rafa
21 marzo, 2022Parece que nos construimos con lo que nos pasa y lo que no nos pasa, lo que deseamos, lo que reprimimos y lo que aceptamos.
Las envejecidas arpias, ahora se presentan a traves de las redes sociales, pero con la misma finalidad, que el ser humano no participe de los secretos de los dioses.
La sombra representa el lado oscuro de nuestra personalidad, donde se esconden los aspectos rechazados por nuestra mente consciente, que se manifiesta en miedos frustraciones e inseguridades.
El diálogo entre la consciencia y su sombra debería ser una constante.
La mejor forma de integrar nuestra oscuridad para que desaparezca, es afrontarla y reconocerla conscientemente, admitir los aspectos que residen en la parte oscura de nustra personalidad y que hemos rechazado por motivos sociales, emocionales o culturales.
La sombra personal se va desarrollando desde la infancia a partir de nuestras experiencias y aprendizaje.
Si a un niño le enseñan que hay malos pensamientos, le inculcan un miedo hacia su propio universo que tratará de anestesiar y estirpar de su experiencia interna.
Aunque luego intente mostrar frente a si mismo y los demas cohexión y coherencia.
Menos mal que Prometeo está al loro para robar el fuego de cada día y darnos un poco de luz, que por cierto actualmente está muy cara.
Abrazo