Párrafo 19.17
19.17 “Para conseguir aumentar la velocidad geométrica es necesario que la consciencia rompa el binomio espacio tiempo en que se inscribe la identidad referencial, y ello no es difícil si se intenta la abstracción a la demanda de las necesidades creadas que amparan la inercia de los sentidos. La competencia orquestada para lograr una mayor parcela de poder conduce a compartimentar los conocimientos buscando la especialidad. En lo físico y en lo mental se produce un cierre de caminos, se podría decir que se levanta un muro ante todo aquello que se ha borrado de los estímulos de manera voluntaria.”
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
La identidad profunda está más allá del espacio tiempo. No somos como estamos, que es algo temporal, pero podemos estar en el camino de ser, que es atemporal.
Aumentar la velocidad es acercarnos más a lo que somos, activar nuestras capacidades sin desarrollar, sacarle todo el partido a nuestro funcionamiento biológico y energético.
¿Cómo iniciar este camino, cómo ponerse en marcha y encontrar un claro en el bosque?
El autor apunta: –> romper el binomio espacio tiempo –>intentar abstraerse de la demanda de necesidades creadas por los sentidos,
tal vez porque los sentidos sólo nos hablan de nosotros mismos, de nuestro estado temporal, y nuestra “identidad referencial” se perpetúa a través de ellos. Podría decirse que a través de los sentidos recibimos el reflejo no del mundo si no de cómo estamos…. Por esto ir más allá de ellos, y no atender a sus demandas sería como adentrarnos en un espacio desconocido en el que estaríamos liberados de algunas cosas que nos impiden aumentar la velocidad, transformar nuestro estado continuamente, acercarnos más a lo que somos, situarnos en el claro del bosque, descubrirnos… y tal vez ir más allá del binomio-espacio tiempo.
¿Y no son los sentidos guiados por el ego quién demanda este tipo de necesidades? ¿Y poniendo al ego no al servicio de parcelas de poder si no al servicio de nuestra identidad superior, digamos del héroe que podríamos ser… no podríamos también romper el binomio, adentrarnos en el claro del bosque…?
Especializarnos y aferrarnos a nuestra propia personalidad referencial atender al ego para adquirir “poder” no parece ser la mejor forma de aumentar nuestra velocidad para acercarnos al “impulso energético” que nos conduciría a una vida plena, si no todo lo contrario.
Los sentidos son los caballos de un vehículo que conducidos por medio de las riendas llevan al auriga por el camino de la vida. Así se narra en uno de los textos de la “Katha Upanishad” de los antiguos Vedas:
“1.3
[3]Debes saber que el átman es quién viaja en el carro y el cuerpo es el carro, el entendimiento el auriga y la mente las riendas.
[4]Dicen que los sentidos son los caballos y los objetos de los sentidos son su campo de acción. Dicen los sabios que el átman unido a los sentidos y la mente es el que goza.”
Puede que a través de la voluntad, transitar nuevas experiencias, levantando muros y conduciéndonos atendiendo a una des-referencialización de la personalidad, a una búsqueda, nos permita ampliar percepciones, sentidos, mundo y que la consecuencia de esto sea, mayor velocidad y que el espacio-tiempo se desliga, difuminando fronteras parceladas.
Añade a tu lista
2 Comentarios
Rafa
9 julio, 2021Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
Era la alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)
Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.
José Hierro.
Loli
11 julio, 2021Parece que en muchas manifestaciones religiosas con cultura y tradición de lectura y transmisión oral de textos sagrados, estos actos se realizan bajo dos premisas: que no se varíe ni un espacio ni el orden de palabras e incluso letras, y que el abordaje del estudio se haga bajo la máxima de que el texto no puede ser comprendido.
Esto resulta muy curioso, pues esas dos condiciones, suelen ir, igualmente, acompañadas del compromiso por parte del que se considere “practicante”, de, aún así, acometer su estudio, esto sucede, por ejemplo, en el pueblo hebreo a la hora de iniciar el obligado estudio de sus escrituras sagradas, al parecer.
Esta actitud, en principio paradójica y contradictoria, puede que contenga en sí misma una importante virtud, la de romper la dualidad secuencial, animar a la capacidad del pensamiento a romper su propio binomio espacio temporal atrapado en esa “moda secuencial”, y animar, asimismo, a la aventura….¡a lo mejor resulta que hay otra manera de comprender…!.
En todo caso, finalmente ocurre que esos textos suelen contener un ritmo, una rima, son absolutamente metafóricos y atemporales….
La utilización parcelada de nuestros sentidos responde, o al menos la necesidad de que se mantengan así, a la continuidad de un estado determinado en el que nos encontramos actualmente.
Estado que favorece y potencia la competitividad y con ello el poder y su acumulación.
El lenguaje racional analítico parcelado e incompleto con el que nos movemos, pretende ser el que despeje los misterios…y eso parece que no puede ser.
¿Será la poética, la forma de lenguaje y pensamiento, que en algún momento, nos lleve a esa lenguas, más completas, que parecen ser buscadas ya por nuestra consciencia?…¿estarán textos antiquísimos esperando e invitando al hombre a acelerarse en esa búsqueda?.