Párrafo 19.12
19.12 «Cada plano de realidad tiene su ley y también sus imposturas legales, sus engaños y sus laberintos y cada uno está sujeto a la determinación subjetiva del viajero, y solo cuando se abran los espacios que conducen a todos los planos la percepción será unívoca, evidente y real. A veces el hombre vive en más de una realidad en consciencia cerrada, sin relación entre ellas, pero sometido a una influencia recíproca desconocida, puede que incluso en edad y tiempo.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Saber que a medida que conocemos más, más se amplía nuestra ignorancia, es reconocer que existen diversos planos de realidad que intuimos pero a los que no tenemos acceso; planos de realidad cerrados, sellados, sin relación, con posibilidad de orden pero sin posibilidad de trascendencia, a la espera.
Sometidos, encerrados, vivimos aceptando la impostura legal, el engaño de cada laberinto.
Como el héroe Teseo, Perseo… deberemos enfrentarnos a nuestras memorias pasivas, lidiar nuestro ego, no volver por la puerta de entrada… salir, salir siempre volando, como se sale de esos planos de realidad. Bailar la danza sagrada de la grulla como la bailó Teseo para acceder a otros laberintos que esperan, y así, abrir, comunicar todos esos planos, todos esos espacios desde donde llegarán la poesía, el sacro oficio, el sacramento y que nos hará hombres camino de dioses.
Somos caminantes que hacemos camino al andar, con un horizonte luminoso y lejano. Caminantes que han dejado atrás el trabajo del número siete, la ascesis difícil del ocho, que se han investido con la plenitud del nueve, del Adán Kadmón, que inician nueva travesía en el uno, número estremecedor, importante, pilar enhiesto al que debemos reverencia.
En nuestro caminar se van a abrir y comunicar planos de realidad, también se van a purificar, porque con nuestra catarsis derribaremos estados kármicos, y así lo aceptamos, y así lo queremos.
Las Madres que cuidan la inteligencia se abrazarán con las Musas que soplan su canción y, como Homero, el caminante pedirá guía… y la grulla con su baile sagrado abrirá cada vez más laberintos, cada vez más espacios de realidad.
Es hermoso caminar, no detenerse, abrirse más y más al conocimiento, más y más a saber que somos ignorantes…, y así, podremos despedirnos de este Aventurero que creyó en nosotros y nos posibilitó, y quedaremos a la espera de ese otro Aventurero que está al llegar. Caminar más y más, sin pararnos. Siempre en búsqueda, siempre atentos. Gracias.
2 Comentarios
Rafa
1 junio, 2021Establecer relaciones entre las partes de un todo no es tarea facil, resolver un problema en el que cada una de las partes exige un tratamiento distinto porque su naturaleza es distinta en cada ocasión, merece a veces de la poesía, la ciencia o el arte para entender su visión general.
Parece generalizada la opinión de la existencia de una unidad en la diversidad de lo humano.
Algunos autores como Rafael Gomez, hablan de que se están produciendo más que esteticas individuales, una forma educada de reivindicar el egoismo.
Otra mas profunda revierte en que partiendo de la soledad del yo, se logra la trascendendencia hacia lo comunicativo.
La sensación es, que lo plural y lo fragmentado tienden a superar sus diferencias.
Aunque el concepto de pluralidad ya fué descubierto en la metafísica clásica, se están produciendo intentos de restaurar la unidad de manera artificial.
Nuestra consciencia cerrada nos hace vivir realidades sin relación entre ellas.
Abrir espacios en nuestras consciencias para vivir estas realidades parceladas como lo que son ¡ irrealidades !, planos fragmentados de una realidad superior.
Una totalidad que nos convertiria a nosotros en unívocos, evidentes y reales.
Un abrazo
Panacea
7 junio, 2021Por lo que nos señala el autor, la variedad de planos, cada uno configurado dentro de un todo, con su influencia, sus ofrecimientos, pruebas o engaños, nos hace vivir con impulso, pero también caer. Es esa la ignorancia que, como si nos vendaran la visión, nos obliga a asumirla como parte del camino, aceptando la incidencia de lo que no conocemos pero que desde una apertura de intención, una actitud de buen hacer y una fe en lo que no vemos pero sabemos que ahí está, asumiendo la caída y el fracaso como parte de todo ello y la rectificación con la humildad del que no conoce, hace sentirnos parte de esa cosmogonía, con su orden, con sus leyes y también sus trampas y dificultades a superar, para ser artífices del cambio, no solo de nuestro camino sino del camino de otros. Del camino de otros porque de múltiples maneras nos dicen que todo está conectado, lo de arriba con lo de abajo; que nuestro actuar incide en otras realidades; que la responsabilidad de lo que hagamos —y pensemos— trasciende, se amplifica y se propaga como ondas en el agua y… en el Universo.
La influencia de otros planos de realidad y la decisión subjetiva de cada elección van determinando un recorrido cada vez más sutil, más complejo, más fino. Alabamos ser sabedores de que el entramado pueda ir despejando sus secretos y hacernos sentir paulatinamente y cada vez más, donde la impostura y lo tramposo sean detectados con luz y serenidad hasta lograr aquello donde no quepa la mentira.