Párrafo 18.2
18.2 «Desde que las barbas de los caballeros andantes fueron afeitadas por académicos barberos, los mensajes tiemblan ante la censura de la navaja, quedando escondidos en la oscuridad de las cuevas y en las cortinas cerradas de los sueños. Ahora, en esta Humanidad en que el pensamiento deja de considerarse un medio, cualquier ocurrencia puede adquirir categoría de idea y crecer y crecer con la levadura de la electrónica hasta convertirse en dominante. Ahora los mensajeros son profesionales, el mito de las arpías se transformó en oficio, estudian en las universidades y la sociedad les concede el inestimable privilegio de opinar sobre todas las cosas, y desde un pretendido servicio al bien común se arrasa cualquier observación que no sirva al grupo que les acoge. Porque no es necesario mentir para agredir la verdad, basta con sumar la voz al coro de la ignorancia sorda.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
«¿De dónde un manchado tiene miedo de mancharse?»
Fineo, el vidente ciego capacitado para una visión superior, apoyado por las arpías, las mujeres pájaro, protectoras del Argos en su recorrido a través de las Puertas Simplégades, Batientes, peligrosas, que se abren hacia el País sin Nombre, el Eetes, Hades,… Fineo, aconsejado por las Arpías, lega al argonauta su mensaje y el Mensajero, como vector de energía, se transforma y transforma.
Don Quijote ve y transita los astilleros donde los barcos cátaros forman escuadra para que la humanidad avance.
Don Quijote vuela con Clavileño a otras dimensiones. Conocerá la magia celta de los druidas gallegos y su Santa Campaña.
Don Quijote se sirve de la razón para alcanzar la Inteligencia, la Sophia. Aldonza, zafia y pobre campesina, se convertirá en la Dama Azul. Dulcinea, más allá del violeta.
Pero nuestro manchado tiene miedo, tiene miedo a mancharse. Sí, tiene miedo a esa Inquisición con guadaña, y el barbero cortará las barbas a Don Quijote. El ama quemará sus libros de caballería. La sobrina proclamará su razón recobrada, su dualidad, y el Mensajero quebrará su mensaje sin modificarlo.
Las Arpías estudiarán su oficio y abandonarán el Mito.
Lejos queda Fineo arrastrando su ceguera. Porque se tuvo miedo. Porque el manchado tuvo miedo de mancharse.
2 Comentarios
Alicia Bermúdez
29 septiembre, 2020Es curioso ― o al menos a mí me lo parece y lo encuentro algo así como mágico ―que en cantidad de ocasiones, casi me alargaría a decir en todas, cada texto venga a ceñirse, en el momento de ser publicado, como anillo al dedo, al momento en que estemos viviendo.
Y digo curioso porque, evidentemente, cuando los textos empezaron a ser publicados en el blog, hace ya siete u ocho años, no resultaba predecible el cómo se irían desenvolviendo los acontecimientos.
Y sin embargo sucede, o es quizás tan sólo apreciación mía, eso que a veces se dice de que cada cual incorpora para sí, y a su manera, del mensaje que le llega, la respuesta que aun sin saberlo está queriendo que una voz inaudible le sople al oído.
Este texto 18.2 en el que estamos ¿No es portentoso que refleje tan fielmente las circunstancias que estamos viviendo?
Las informaciones sesgadas; la censura encubierta a que quieren someternos, consiguiéndolo en muchas ocasiones, esas tan cacareadas libertades de pensamiento y expresión que, tan pronto son pensados o expresadas, suelen irritar al que dice preconizarlas; los miedos que nos meten en el cuerpo y en el alma.
Los medios de comunicación, las redes sociales, los opinadores oficiales que de todo saben y qué dicen es tomado como palabra de Dios y Dios nos libre de osar el tomarnos la libertad de cuestionarla. Aunque, eso sí, pueden al día siguiente y con sobrecogedor desparpajo decir justo y exactamente lo contrario; y tampoco debe incurrirse en la temeridad de cuestionarlos.
Y son cosas que me parecen, ya digo, del todo mágicas, porque, me pregunto, cómo pudo el autor adivinar esta prodigiosa adecuación de ritmos entre lo que en cada momento estaba escribiendo y el momento en que sería publicado.
Y es que, pienso, quizás es cierto que existe no diré un Destino prefijado o inexorable o ineludible, no; pero sí un devenir inexorablemente condicionado por devenires pasados condicionados a su vez por devenires más lejanos hace ya mucho tiempo olvidados que fueron, a su vez, condicionados por devenires que arrancaron en el instante mismo en que el Universo echo a rodar. Y que, quizás también, cada pequeño gesto o acto, por insignificante que sea, de cada uno de los seres vivos, puede estar modificando, aunque sea en milmillonésimas de milímetro, ese trazado que se va dibujando, instante a instante, no tengo ni la menor idea de dónde.
Este tipo de pensamientos es el que me viene a la mente cada vez que leo los textos del libro.
Nota: Encuentro precioso el comentario del aventurero.
Rafa
29 septiembre, 2020Parece que muchos de los andantes caballeros, prometían no afeitarse hasta haber concluido la misión en que estaban empeñados, por lo qué hacerlo antes significaba que el barbero rompía nuestro compromiso y escondía el mensaje que conllevaba, en la oscuridad de las cuevas.
También parece que en la época actual el pensamiento ha dejado de considerarse un medio por lo que se ha convertido en un fin en si mismo y es el dominante.
Debido a cual nos podemos convencer de que casi cualquier idiotez con suficiente eco, publicitada debidamente por los medios puede crecer y crecer hasta considerarla una verdad trascendente y esencial.
El mito de las Harpias que en un principio robaban el alimento a Fineas ( la facultad de capacidad profética para descifrar el mensaje) y luego se lo legaron a los argonautas, en este momento emborronan ensucian y desvirtuan ese mensaje y lo ponen al servicio de los grupos dominantes.
Al escuchar este antimantra repetido una y otra vez aunque tengamos consciencia de que eso no es así, basta con sumarnos a los que lo dicen (matar por omision) para no decir mentira aunque no busquemos la verdad.
Y dejar de enamorar a nuestra Dama Malba
Un abrazo