Párrafo 17.4
17.4 «Desde las consideraciones analíticas de la mayor parte de los estudiosos, la autodefinición, identidad y consciencia son consecuencia de realidades interneuronales unidas a procesos bioquímicos en combinación con impulsos electrónicos, y de su arbitrariedad en una suerte de carambolas casuales dependen la inteligencia, sensibilidad y todo el resto de capacidades, hasta las tácticas militares de los ejércitos de linfocitos. Desde este panorama sombrío y desorientador el hombre sigue olvidando su futuro, y aún se resiste a entender que lo que hoy la razón llama materia sólo llega hasta el límite de lo fenoménico y está contenido y es dependiente de una realidad superior, por lo que tanto lo que se puede definir como lo que se ignora está al servicio de una forma mistérica de conocimiento.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
La palabra «casualidad» aparece innumerables veces en cualquier libro científico escrito por científicos apegados a lo analítico, a lo racional. Con alas lastradas, sin permitirse analogías, sin aceptar la grandeza de su ignorancia, ciñéndose exclusivamente a lo que puede explicar y explicarse, este hombre de ciencia maneja la arbitrariedad, lo casual, el porque sí en casi todas las páginas de ese libro que escribe para demostrar la creación del hombre, del Universo, la complejidad del cerebro, aún en el principio de su descubrimiento, cuando apenas está iniciando su desarrollo, y pretende racionalmente descubrir desde su dualidad la grandeza infinita de lo trinitario y de las otras posibilidades que se van trenzando para poder llegar a verdades que parecen inaccesibles.
La razón como gran instrumento va allanado caminos hasta topar con ese límite que le obliga a plegarse y reconocer otra realidad superior a la que está sujeta. También ocurre con ese gran espacio que conforma la ignorancia, porque todo debe de estar «al servicio de una forma mistérica de conocimiento», y es así como este hombre científico podrá llegar a ser hombre sabio, asumiendo humildemente la enormidad de lo que no sabe y de que cuanto más se conoce más se amplía la frontera de lo desconocido.
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2 Comentarios
Panacea
7 febrero, 2020«Lo que se ignora está al servicio de una forma mistérica de conocimiento». Y lo que desde la razón llama materia ¿también? ¿O por estar concebido dentro de la dualidad no se le podría llamar conocimiento? A esa forma mistérica de conocimiento, ¿se es accesible dentro del mundo fenoménico o se nos abre y libera una vez dejada la circunstancia del espacio-tiempo?
Al finalizar el paso por el mundo fenoménico parece que se brinda la visión a otras dimensiones donde puede darse respuesta a tantas incógnitas que perduran en el periodo de vida, sin dar alcance a lo que incide e interactúa como realidad superior. Mediante destellos, inspiraciones, revelaciones, intuiciones, soplos, nos hacen guiños y nos regalan un mayor acceso a lo que otros denominan «plano cognitivo superior» como una dádiva tranquilizadora, siempre que la turbiedad y las emociones no oscurezcan y nos hagan tropezar. Parece necesario la condición de humildad, de saberse simple receptáculo y portador de cuanto nos es dado y desde el ordenamiento interno suficiente que nos permite ser captadores y responsables de un accionar correcto.
Rafa
9 febrero, 2020Que nuestra identidad está en lo que desconocemos de nosotros mismos, lo prueban las cosas que nos pasan cuando dejamos que nos pasen cosas no programadas por nuestro pensamiento o nuestras aleccionadas celulas nos lo permiten.
Nietzche afirmaba que nuestra realidad se conforma desde el paso de la inconsciencia a la consciencia, asimismo forjamos nuestra identidad consciente no desde lo que somos, si nó desde lo que pensamos que somos.
Alguien concibe su identidad en la que esten incluidos sus sueños, por ejemplo ?, o entiende un llamado artista su identidad, sabiendo que es el arte el que le proporciona esa identidad y es el que le va a mostrar el camino de lo que no conoce ?
Escuchamos a dos personas manifestarse: una expresando que La Historia no le gusta o le cansa, y otra que La Historia le encanta, inmediatamente conceptuamos al último de culto y al primero de inculto.
Pero no permitimos que escuche lo que todavía ignoramos de esas personas o de nosotros mismos, lo que nos llevaría a otro tipo de conclusiones.
Montamos nuestra identidad en base a emociones e impresiones que hemos ido adquiriendo a los largo de nuestras vidas, definiendo lo que es o no importante para nosotros, huyendo de nuestro miedos, estructurando y clasificando nuestros sentimientos, entendiendo que es lo que nos interesa y fijándonos mucho en ello, y que nos perjudica tratando de alejarlo.
A veces yo he concebido que era importante conseguir un acuerdo comercial en el que estaba en juego nuestro prestigio, dinero o una promoción en el trabajo, sin embargo ahora entiendo que de las cosas mas importantes que he hecho ha sido jugar con mi nieta.
Permitirme hacer una reflexión sobre mi comentario, y otros que hacemos sobre este maravilloso libro.
El libro es magnífico por las cuestiones que expone y por como lo hace, pero yo me cuestiono muchas veces que la admiración hacia el libro se queda pequeña. porque el decir que bien escribe el autor, no es suficiente.
Creo que este libro nos tendría que doler, porque nos muestra permanentemente lo que ignoramos, y evidentemente nadie de los que yo conozco va a desarrollar la capacidad que el autor tiene para manifestar las cosas, pero si dolernos por lo menos un poco de lo mucho que ignoramos nosotros, que es lo que nos acercaría a nuestra verdadera identidad.
Un abrazo