Párrafo 16.20

16.20 «Las huellas son espejos que reflejan imágenes entre elementos que, por haber buscado un encuentro en un momento, quedan ligados para siempre.»

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Imagino que el mundo está lleno de huellas invisibles que están afectando a nuestro comportamiento, pero que no son perceptibles a nuestra consciencia. Huellas que son encuentros pasados que inciden en nosotros tal vez generando un nuevo encuentro presente. Muchas de las cosas que nos pasan y alteran nuestro estado de consciencia son estos rastros que, a modo de espejos, nos devuelven otra realidad diferente. Una realidad, probablemente, mucho más real que la que percibimos a través de nuestros sentidos. Son como agujeros espacio-temporales por los que se cuela la realidad, que conviven con nosotros en nuestro día a día, alterando nuestro estado de ánimo y modificando nuestra energía. Probablemente la incidencia de esa realidad paralela sea imprescindible para nuestra evolución. Es el subtexto del guión que debemos seguir, aunque no lo comprendamos. La búsqueda de un encuentro, y más aún el encuentro mismo, genera una ligazón. Estamos ligados a elementos del pasado, y esas ligazones generan nuevos encuentros presentes y tal vez futuros, como una red desconocida que va uniendo nuestras vidas a la de otros seres que inciden en nosotros, a la vez que nosotros en ellos. Y así se va tejiendo una compleja realidad de realidades pasadas, presentes y futuras. Una red de realidad que nos sostiene, hecha de encuentros. Parece que el ser no existe de forma individual, sino que está ligado inexorablemente al pasado, presente y futuro, a un tejido de realidad que no parece tener espacio ni tiempo, sino que lo abarca todo. Como si cada ser, dentro de sí, tal vez en sus células, lo contuviera todo.