Párrafo 15.20
15.20 «El pelícano vigía, que guarda en el pico peces para todos, publica que cuanto sucederá lo saben todos pero pocos los entienden, y algunos pueden verlo grabado en los océanos secretos del cuarzo blanco que ayer trajo un cometa. El estudioso sabio decía que somos polvo de estrellas, el pelícano de las alas blancas llevaba grabado en sus ojos de todos los colores que las estrellas son el polvo de los hombres viejos. Mientras tanto, las lunas se miraban atravesando el cementerio que separa el níquel de las nubes y giraban persiguiendo la llanta cargada de herrumbre, oculta de la rueda. Y en su mirada las tierras quedaban preñadas de imán, y el montañero rendido redimía su destino en los ojos del compañero que ya rozaba la cumbre.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Memoria de pasado y de futuro parecen fundirse en estas letras tan enigmáticas como claras y trasparentes en la sutileza de su entendimiento. En el planeta esférico que nos acoge como seres humanos, pude que se guarden muchos de los secretos de nuestro origen y nuestro porvenir , en cuya superficie viven los cuarzos cargados de memoria, y en el centro la fragua de hierro se mira en el espejo de la luna muerta. Con el oficio sagrado del amor, aquel desconocido, gota de rosa mística, parece que el pelícano dijera lo que ya sabemos todos, pues en todos vibra silencioso a través del universo. Muchos hombres han tenido que nacer para llenar el cielo de candelas tan brillantes y muchos más tendrán que hacerlo para alumbrar el camino de aquellos que, tras el tiempo, aún escalan la montaña de su propio destino.
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6 Comentarios
Eolo
18 marzo, 2019En las corrientes eléctricas de los espacios visibles, se esconden las chispas incandescentes en un tiempo tan fugaz como eterno, transformadas en una simple descripción de la biología perecedera.
El resplandor de los ojos del pelícano reflejan la suma del ansia espiritual del Hombre, en múltiples fulgores estampados entre los dedos de los niños, los sueños impertérritos y los orgasmos incorpóreos.
Los vientos marinos apenas traen la brisa cósmica de los héroes celestiales, los lugares en los que descansaron sus ancestrales y radiantes derrotas sumariamente conquistadas al azar y al rezo.
Rafa
20 marzo, 2019Tiempo del agua donde se zambulle el pelícano en busca del pez que obrará el milagro.
Lugar estelar y hermético donde nuestra biología ya está escrita.
Mientras los cristales de cuarzo alimentan el campo magnético de la tierra, el antiguo niquel de las lunas interiores de nuestro planeta pugna por salir con la ayuda del mensaje del silicio, atravesando el cementerio de las tierras medias para explicarnos que está oxidándose.
Que está interfiriendo la rueda del ciclo del perpetuo movimiento (nacimento, vida y muerte ).
Y el hierro también generado desde esas lunas, nos deja la fuerza del imán para que el destino de los hombres se cumpla en los ojos de los que están a punto de cumplirlo.
Un abrazo
Loli
20 marzo, 2019Combinaciones de rastros cuidadosamente, quizás, recogidos y agrupados.
Miradas en los colores de los ojos, párpados abiertos con la sorpresa del «despertar».
Una ventana se cierra, el azul incorpóreo desaparece…y aparece el rojo.
Todas diferentes, esperan y observan el reparto a través de la velada muralla.
La faz que las recoge, se prepara…,, y ofrece el espacio…, el tiempo, también.
Solo un momento…un lugar…, irrepetible.
Una ventana se cierra, el azul incorpóreo desaparece…y aparece el rojo.
Y el pelícano alza su vuelo, nos parece resplandeciente, pero no mira atrás,
En realidad….lo sabíamos ya, fue lo que le pedimos….¿quizás?.
AriguariGuariPopooMushuringa
22 marzo, 2019Vidente de evidenciar es la cita. Ya incluso se perciben mensajes más externos grabados en el movimiento de los astros no sólo reconocidos y próximos, sino en el presentimiento de los otros como partes transitorias del todo transformable. El que no sepa ver/oír/percibir el sonido visible del infinito océano de los astros navegantes, deberá centrarse en aquél que, al menos por ahora, vislumbra y desea. En los sueños todo se clarifica, aún sin deducir los misterios encerrados del todo. El hincar el pensamiento vivencial en ellos acortará el tiempo del conocimiento. Para ello no sólo hay que permanecer despierto en sentimientos, sino penetrar nuestro propio organismo en intentos de visiones clarificatorias. Y, si no, al tiempo.
AriguariGuariPopooMushuringa
22 marzo, 2019El hombre/ la Mujer, tratan casi siempre de buscar en su pasado reconocible la verdad de su presente. No se tiene en cuenta que la vivencia del pasado sólo es un rastro al que no conviene volver como futuro deducible. El futuro se construye del esfuerzo del conocimiento sensible. El pasado emborronado es como el polvo de estrellas procedente de otros fines del tiempo de vivencias
Panacea
23 marzo, 2019El pelícano, símbolo del Cristo, alimenta con su sangre a sus hijos y vigila. Vigila la evolución de todos, pero no interviene. Da su amor y no pide nada a cambio. Nos da su mensaje, que es el nuestro pero que no somos capaces de entenderlo porque la razón nos lo imposibilita. Deberíamos acrecentar nuestra inteligencia, nuestra Sophia, nuestra alma, para ser capaces de hacer nuestras las palabras del Maestro. Solo unos pocos desentrañan el secreto de las memorias escritas en el cuarzo y solo unos pocos llegarán a entenderlas en la pureza del diamante. «Somos polvo de estrellas», sí, y las estrellas son polvo de nosotros, de cada uno de los que han recorrido un camino, y como hijos de dioses y hombres, como héroes, han poblado la bóveda celestial de luminarias; también nuestra bóveda craneal, tan desconocida.
Sometidos, sujetos a oxidación, a herrumbre, buscamos la muerte, buscamos a Thanatos, pero el A-Mor (la no Muerte) nos redimirá, y ese montañero que ha escalado su destino nos tenderá la mano y desde el otro lado nos ayudará a llegar a la cumbre.