Párrafo 12.8

12.8 «Otro biorritmo que adquiere especial importancia en la naturaleza biológica del hombre es el que se crea alrededor de los círculos lunares. La pequeña, pacífica y cercana Luna que es capaz de mover el agua de los océanos, de germinar las semillas y de convocar el crecimiento de las plantas, también altera la consciencia, desnuda y anuda las obsesiones y mueve los líquidos de los óceanos interiores en los que nada la célula, con tal rotundidad que transforma al hombre en lobo o lo entrega hacia la coincidencia ritual de la Naturaleza telúrica. Es el juego de los opuestos que se celebra entre el espejo celeste y la Luna de hierro que gira en su lecho de níquel caliente, liberando el ritmo que provoca la vida».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Los mitos de las antiguas culturas atlánticas nos hablan de la luna, de su influencia, de su poder; también los druidas, religiones del Ganges y del Indo y las leyendas artúricas.

Eurinome, la diosa del Buen Nombre, danza con la serpiente Ofión. Por curiosidad hace el amor con ella, y se cuenta que de las terribles convulsiones de este acto surgen profundidades, abismos, grandes cordilleras y montañas. Avergonzada Eurinome, arroja a Ofión a las profundidades del infierno y la denomina Muerte. En un acto de justicia consigo misma, arroja también a su sombra color de mora y la llama Hécate.

Hécate es esa parte oscura de la luna, diosa negra, sombría, a la que no queremos reconocer, la que no queremos integrar. Significa las magias negras, lo tenebroso, lo oculto y temible del principio femenino; siempre distante de la luna blanca, de la plenitud lunar, de la Gran Diosa, de la Señora; también lejana a la kore, la muchacha, la promesa de lo femenino creciente.

Cuando Jasón y los argonautas atraviesan las puertas batientes y se adentran en Ea, (el país sin nombre), lo ignoto, han fijado para siempre esas puertas que no permitían la entrada en lo desconocido de nuestro cerebro. La muerte o la locura acechaban. En esta aventura que culminará con la conquista del Bellocino, Jasón es ayudado por Medea, sacerdotisa de Hécate, maga oscura, que con su magia adormece al dragón y vence los obstáculos a que deberá enfrentarse el héroe, en un proceso de engaño, sin abatir nuestro dragón interior, con azañas no limpias. Al final todo se descompone: Jasón muere abatido por un palo de la nave Argos.

El gen de la fuerza de la evolución, Vir-gen, es fabricado por Rhange, bruja de la magia blanca, y portado este gen por las diosas vírgenes lunares, muchas de ellas con nombre derivado de la sílaba Arth (=oso), ese tótem de la fuerza aparece en personajes como Artemisa-Diana, Arturo…, entidades que portan o buscan el grial, el bellocino, nuestra culminación.

Arturo fracasa, el Lancelot fracasa…, los caballeros de la Tabla Redonda. Arturo se encierra en Avalón y Merlín, en una cueva de cristal de por vida. No han cumplido con su responsabilidad. Quedan a la espera. A la espera de ese momento que todos debemos asumir, de reconocer nuestra sombra, nuestro Golem, el temido Caballero Negro, Mr. Hyde. Podemos llamarlo de muchas maneras, pero está ahí por mucho que lo apartemos, por mucho que tratemos de ignorarlo.

No queremos ser hombre lobo, y en ese juego de los opuestos que se celebra, la luna blanca, espejo de lo celeste, reconocerá y se unirá a la luna de hierro para engendrar la vida.

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5 Comentarios

  1. Loli
    2 enero, 2017

    En la profundidad del cerebro se encuentran unas estructuras aún enigmáticas en su labor, que conforman el sistema límbico.

    Es curioso que, en una panorámica tridimensional de su distribución en los dos hemisferios cerebrales, ese conjunto estructural arropado por las elongaciones del “hipocampo”, pueda semejar, (o al menos así me lo parece), a la cabeza de un “carnero”.

    En la estructura del tronco encefálico existe otra importante estructura denominada “tubérculos cuadrigéminos” o “tubérculos de cuatrillizos”.

    La leyenda de Deucalión y Pirra, los padres de la humanidad, según la mitología griega, alude a que esta última dio a luz dos “pares de gemelos”.

    En el inquietante mundo de la vida celular, uno se pregunta cómo es posible que se mantenga la precisión en la constante, rápida y compleja división celular.

    Cómo, quién o qué es tan potente en el conocimiento de combinaciones y probabilidades matemáticas, como para que cada célula hija tenga el número de elementos que le corresponde.

    Uno se pregunta, también, cómo y de qué manera están calculadas las distribuciones pertinentes en el “unicelular cigoto”…del que surgirá el complejo y pluricelular “ser humano”, y cuántos misterios esconderá ese cálculo.

    Hace poco una querida amiga me hizo notar que al “primitivo cerebelo”, se le denomina el “árbol de la vida”, y a sus circunvoluciones, “hojas”.

    Mirar, por ejemplo un cuadro del Bosco parece conectarnos con incógnitas profundas….e internas, memorias que se presentan con apariencias incomprensibles y fantásticas.

    ¿Están fracasados los intentos de los héroes?, o ¿han grabado inteligentes rastros….indemnes a los asaltos de tiempos hostiles?

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  2. Mandrágora
    7 enero, 2017

    Enlazando con el comentario de Loli, y por lo que nos relata el Aventurero, la labor del héroe sería asumir nuestro lado oscuro, nuestro lado a transformar, a purificar; dar respuesta, en definitiva, al sentido de la vida, al porqué de nuestra venida a este mundo. Los rastros y caminos ya recorridos por otros seguirán ahí, a la espera de continuar, de hacer el relevo de lo ya conseguido y seguir abriendo brecha y despejando para permitir la posibilidad a que la obra se culmine. Es probable que no sea uno, sino los que siguen: hijos, nietos, los anónimos, que sin ser conscientes de lo ya adquirido ni el punto de partida, por nacer en la oscuridad, por haber asumido el velo del olvido y la ignorancia, tienen que descubrir las posibilidades ya impresas a la espera de poder transformarse en espejo celeste, y una vez depurado, fusionarse con la otra luna blanca, ese juego de opuestos necesario en todo equilibrio. El lado oscuro como levadura necesaria para lograr la fusión, la luna blanca como luz interior que nos marca el camino a seguir. Nos dicen que lo uno sin lo otro no puede darse; no cabe engaño, atajo ni justificación.

    Quizás en el momento en que se asuma lo negativo como oportunidad de salvación necesaria y el espejo celeste como reflejo de la fuerza interior ya adquirida, la velocidad pueda ser una realidad que traspase los límites con los que hemos nacido.

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  3. Mandrágora
    9 enero, 2017

    Al transcribir el texto del Aventurero, he cometido dos errores gramaticales, uno el Vellocino y otro hazaña. Están mal puestos y pido disculpas por ello.

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  4. Rafa
    10 enero, 2017

    Tan rara es la existencia de la Luna como satélite de la Tierra, que algunos astrónomos han sugerido que no se formó como satélite, sino que fue capturado por la Tierra.

    Su tamaño, la distancia que la separa de la Tierra, el plano de su órbita (semejante a la de los planetas solares) hacen creer que, en un principio, la Luna fue un planeta pequeño, formado en un momento distinto al nuestro y en un lugar alejado.

    Pero, yo me planteo, que aunque esta teoría fuera cierta, la luna y nosotros formamos ya un cuerpo indisoluble, la luna es parte de nuestro pasado y nuestro futuro, si sus ciclos determinan el parto de las mujeres embarazadas, forman parte del universo de los poetas, nos han servido en un mundo básicamente femenino para subsistir en tiempos de cazadores; los calendarios de muchas religiones, como el judío y el musulmán, están determinados por la luna, originan gran parte de nuestra mitología, etc.

    ¿ Sería posible la tierra sin la luna ?, si hemos acoplado nuestros ritmos a su latido, y es la simbología de la luz reflejada del sol (alba fingida en las hojas soy, dice precisamente Lorca, en boca de la Luna en Bodas de Sangre ) como asimismo a nosotros nos tiene que llegar alguna vez la luz.

    Es evidente que ya está tan dentro de nosotros que nos damos baños de luna, en nuestra piel se ven con frecuencia lunares, cuando soñamos somos unos lunáticos, pero sobre todo una de las acepciones que a mí mas me gusta, es la de los enamorados que viven una verdadera Luna de Miel.

    Un abrazo

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  5. Loli
    19 enero, 2017

    ¿Pudiera ser que, desde el lecho donde arriban, desde las profundas cuevas, las de encima,…las de abajo.., sea pronunciado y escuchado el «santo y seña» pertinente, ese que indica que el «rojo fluído acompañado de sus aguas», tiene el permiso de acceso, y permita, su escucha, que sus tres «puertas» se abran?.

    ¿Pudiera ser que, esas tres puertas permitieran la llegada al lugar donde se ya se intuyen los «soplidos del viento»….ventanas….ventanales?.

    ¿Pudiera ser que, desde ahí, dos lunas, o solo una, mostraran su mitad…una abre, cierra la otra, indicando el camino del «aire».

    ¿Pudiera….pudiera ser que…las enrojecidas aguas emprendieran ese camino…, volviera a ser escuchado su viaje, y permitida su entrada a la otra ventana, ya ceñida, para ser «elevadas» con «fuerza»…a regar territorios que, aspiran y sueñan, con cambiar sus paisajes?

    ¿Podría, el corazón, albergar en su seno, el cántico de nuestra Luna?.

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