Párrafo 12.11

12.11 «Si el ritmo lunar influye en el biorritmo humano, no debieran influir menos los giros de la Tierra alrededor del Sol. Aunque parece que la tecnología ha paliado los efectos climáticos directos debidos al cambio de estaciones, aunque ya no se produzca la alimentación monocorde correspondiente a cada época del año y aunque las diferencias lumínicas de los días oscuros se suplan quemando los cadáveres antiguos de los vegetales muertos depositados en los cementerios secretos de la Tierra, la relación entre la energía cósmica y la telúrica es en gran medida cambiante en cada momento del recorrido».

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

La Ciencia ha señalado ciertas influencias que ejerce el ritmo lunar en el biorritmo humano y en determinados ritmos de la naturaleza. Es probable que haya otras que aún se desconozcan. También se conocen algunas influencias que ejerce el Sol sobre la Tierra, aunque es seguro que en este aspecto es mucho más lo que se ignora. Entre otras razones por la imposibilidad física (térmica) de acercarse al Sol y estudiar su funcionamiento en detalle. Por tanto, la incidencia de esta estrella sobre nuestro planeta a medida que éste se mueve en torno a aquella debe ser muy importante y variada. Y si pensamos ya en la influencia que debe ejercerse desde el conjunto del Universo, aunque en gran medida la desconozcamos, con toda seguridad será enorme.

El autor habla de la energía cósmica y la telúrica. Probablemente se refiere a la energía resultante de todas las que actúan sobre nosotros desde el Cosmos y de las que se generan desde la corteza y, sobre todo, desde el interior de la Tierra.

Como sucede con tantas cosas que ignoramos, en este caso también tendemos a pensar que su influencia será menor. Sin embargo, no habría que descartar que tuvieran un papel causal significativo en, por ejemplo, las variaciones que experimentamos cotidianamente en nuestros estados de ánimo y psicológicos, y en muchas de nuestras enfermedades. Posiblemente, como menciona el autor, los avances tecnológicos puedan estar paliando algunos de sus efectos más graves y así permitirnos creer que nuestras vidas siguen tranquilamente su curso. Pero, seguramente este es otro de los espejismos con los que apaciguamos nuestra existencia. Lo lógico sería que, tanto a nivel individual como social, asumiéramos que una parte importante de nuestra vida depende de factores críticos que ignoramos. Que, en definitiva, nuestra relación con el misterio debe formar parte central de nuestras vidas.

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3 Comentarios

  1. Alicia
    23 enero, 2017

    En infinidad de ocasiones no sé hacer comentario ninguno al texto del libro, pero hoy, en Otras Políticas que muchos conoceréis, he dejado uno que se me antoja que serviría aquí, así que por no repetirme lo que hago es que lo pego
    http://www.otraspoliticas.com/politica/la-batalla-de-las-ideas#comment-61564
    y no porque sea mío, que como en él mismo digo puede ser una sandez, sino porque se me ha ocurrido, motivado en un principio por el último párrafo del artículo La Batalla de las Ideas, encadenando razonamientos, o pensamientos, suscitados a partir de La Trascendencia de Pi que es, por cierto, una absoluta preciosidad y os recomiendo si no lo habéis visto.
    Existen, en Otras Políticas, muchísimos artículos ―otros son de temas más…. ¿tangibles?― que se mueven por el terreno “etéreo”, o de la abstracción, y que siento (a fin de cuentas todo está conectado y dando cuerpo al Todo ¿No?) como que tienen una conexión con los Textos de aquí, como si hubiera un cordón umbilical entre Texto y artículo publicado al mismo tiempo.

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  2. Rafa
    26 enero, 2017

    Las energías cósmicas, parece que son influjos de los astros que penetran en la atmósfera y se transmiten a la tierra, estabilizándose y complementándose con las energías telúricas.
    Hay terrenos que son capaces de absorber las radiaciones que proceden del fondo interestelar, quizá más allá de la materia oscura del universo.

    Estos terrenos son beneficiosos para el ser humano, sin embargo existen otros que no permiten que las energías cósmicas se adentren en el regazo de tierra y por ello rebotan saliendo desvirtuadas al exterior, estos lugares deben ser evitados.

    Son lugares conflictivos que producen disonancias entre los seres humanos y los espacios habitables.

    Energías telúricas, son las que provienen, circulan y emanan continuamente de la superficie terrestre y del subsuelo, estando muy relacionadas con las variaciones energéticas, la electro-conductividad del terreno y las influencias gravitacionales y magnéticas del Sol y del resto del sistema planetario.

    Algunas personas extremadamente sensibles e intuitivas, son capaces de discernir a escala inconsciente sobre su concordancia con el lugar que ocupan y así protegerse de una relación equivocada con una energía telúrica desconocida y potencialmente dañina.

    No obstante, el común de los mortales debido a los vértigos y la rapidez de la excitada vida que llevan, han olvidado el uso de los mecanismos de autodefensa bioenergética corporal y por ello somos a veces inexorablemente devorados por la diferencia de potencial eléctrico de un terreno no homogéneo, o por la inestabilidad del punto geomagnético terrestre de un lugar determinado.

    Un abrazo

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  3. Loli
    28 enero, 2017

    Parece que construcciones como catedrales y templos, se realizan, efectivamente, después de una minuciosa e interesante comprobación de las propiedades telúricas del lugar y también de las edificaciones que, anteriormente hubiera en ellos.

    También tengo entendido, que esas propiedades telúricas, no tienen por qué ser siempre las mejores para los seres humanos que se vayan a adentrar en la arquitectura erigida sobre ese terreno.

    Así, parece que, el terreno sobre el que se construyó el Monasterio de El Escorial, no era precisamente un lugar, desde el aspecto telúrico, fácil para vivir encima de él.

    Tampoco, por ejemplo, parece que Jerusalén, donde el rey David trasladó el Arca de la Alianza, y donde posteriormente se construyó el Templo que la albergara, sea un lugar telúricamente también fácil para el asentamiento humano.

    No sé si esto tiene correspondencia con el apunte de Rafa, sobre “los terrenos que no permiten que las energías cósmicas se adentren en su regazo” (¿es como la madre que no quiere, o no reconoce al que pretende ser su hijo?…no sé, es curioso).

    El caso es que parece, que teniendo los suficientes conocimientos, parece que no solo no se huye de construir determinadas arquitecturas en estos lugares “poco hospitalarios”, sino que se realizan, como adecuándolos e invitando al hombre a poblarlos, a no rehuir las dificultades que ofrece.

    Esto me lleva a preguntarme si esas “energías cósmicas” desvirtuadas por el “despecho” del rechazo telúrico de ese territorio, no lo hacen por casualidad, sino que al igual que otras energías parecen integrarse con Gea y ser beneficiosas para el ser humano (quizá hagan que la vida se desarrolle en esas tierras con más “fluidez”, que sea más fácil), existen otras que no lo facilitan tanto, pero que no significa que eso sea mejor para el hombre.

    Si el ser humano tiene una capacidad transformativa, aún no desplegada, igual es porque suponemos un “crisol”, aún misterioso, con capacidad y preparación, para que “energías”, “mundos» con configuraciones diferentes ,o sus «manifestaciones», y/o «proyecciones», puedan ser , por alguna extraña Ley, acogidos y transformados desde la vida en esta Tierra.

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